domingo, 24 de noviembre de 2019

RAY...

Es curioso que tal que un día como hoy me vuelva acordar de Ray, y la verdad es que pueden haber pasado fácilmente treinta años desde que lo vi la última vez.
Ray era un compañero de entrenamiento en el gimnasio.
Ahí es donde conocí a un muchacho algo tímido, a veces contrariado, y que pensaba que no se iba a adaptar a su nueva situación.
Ray era natural de Brasil, era un brasileño de raza negra, de no mas de 1,65 cm, con cara de ser todavía un crío que ni se afeitaba por ser un imberbe, con ojos tan negros casi como su piel, pero una cara de pillo y una picardía que le hacia tan español como al mismísimo Lazarillo de Tormes.
Nos veíamos todos los días, entrenábamos juntos, el, mi amigo Morón que en esos momentos era lo que llamamos mi mejor amigo y yo.
Día tras día, entreno tras entreno, ejercicio tras ejercicio Ray se juntaba mas y mas a nosotros, hasta que llego el día que íbamos juntos a todos los sitios.
Ray se tuvo que venir de Brasil por que era de un barrio de lo mas humilde de cerca de la capital, según nos contó era hijo único, su madre se buscaba la vida como fuera para sacarle adelante mientras que su padre era un alcohólico, la madre día a día iba guardando y escondiendo lo que podía de dinero por que quería para Ray algo mas que esa vida, por que ella sabía que si no lo hacía terminaría trabajando para cualquier narco en alguna fabela y quien sabe si no le matarían en cualquier trapicheo o cualquier intervención de la policía no corrupta de Brasil en las fabelas.
Cuando Ray cumplió los 16 años su madre le hizo una pequeña maleta con lo justo y le metió en un avión dirección a España, que aterrizó en Madrid para nuestra suerte.
En un principio vivió con una familia brasileña amigos de la madre, pero en cuanto cumplió los 18 años como el mismo Lazarillo de Tormes empezó a buscarse la vida, trabajo en esto y en aquello, iba de un lado a otro, donde pudiera ganar dinero ahí se presentaba el, eso si, todo legal, porque para eso había venido a España.
Llego incluso a pesar de su corta estatura hacer algún trabajo de modelo.
Era una España distinta a la actual, no había racismo, no existía la xenofobia, o mejor expresado, existía todo esto pero no era tan evidente ni tan dramático como actualmente que me hace pensar que sea mentira que estemos en el siglo XXI.
Ray era el único de raza negra que entrenaba en el gimnasio, pero pasado un par de años ya no era el único y eso molestaba a Ray, ni que decir tiene que nos daba la risa ver como se enfadaba Ray por esos otros negros entrenaban en el gimnasio.
Vomitaba cosas como :
- Que hace ese negro aquí, es que no ve que aquí no se permiten negros...
Yo la primera vez le miré extrañado pensando que era tan solo una broma, pero con el tiempo y cada vez que coincidía con nosotros ese otro muchacho en el gimnasio con nosotros el se enfadaba mas y mas y soltaba sobre el verdaderas barbaridades.
- Ray no te has mirado al espejo, eres incluso mas negro que el, no te das cuenta, no eres blanco como nosotros eres negro como el...
- No de eso nada, soy tan blanco como vosotros, no lo dudes.
Yo pensaba que había llevado su adaptación a España y su nueva vida que incluso pensaba que era blanco.
Pero cuando me anunciaron que Ray a la temprana edad de 21 años había fallecido de un tumor cerebral fue cuando encontré explicación a esa actitud suya de creerse blanco, y alguna que otra cosilla, pero lo que mas rabia me dio cuando me enteré de su muerte es de lo que había luchado su madre por sacarle de un entorno hostil y perjudicial para su futuro, para su vida y que una horrible enfermedad lo alejara de nuestro lado y donde a lo largo de un año incluso fue tan cruel que le hizo olvidar de donde venía, e incluso a veces quien era y cual era su raza.
Si Ray hoy no se porque me he acordado de ti, y lo único que puedo decirte es, Ray DEP, siempre me acordaré de ti...